Jengibre y Cúrcuma

Dos nuevos productos para la colección de Vivaces del huerto de Fitoralia.

Las Vivaces del huerto son cultivos que duran más de una temporada en nuestros huertos y que no llegan a categoría de frutales en cuanto a porte y necesidades. Por tanto tenemos que buscarles la ubicación adecuada para que encajen al resto de cultivos tradicionales de rotación primavera verano y otoño invierno.

El Jengibre y la cúrcuma son los dos últimos cultivos en incorporarse a esta colección.

El cultivo del jengibre (Zingiber officinale) requiere un clima templado y húmedo, con temperaturas suaves para su crecimiento entre 20-30°C y buena disponibilidad de agua. En caso de estar en zona de heladas, pierde su parte aérea y resurge a partir de sus rizomas. Se planta en suelos fértiles, bien drenados y ricos en materia orgánica, idealmente con un pH ligeramente ácido (5.5-6.5).

Para plantar jengibre, se trasplantan las macetas de Fitoralia, enterrando por entero el cepellón de raíces en un agujero generoso que recubriremos y rellenaremos con un sustrato de calidad o si no es posible con tierra superficial. El riego es esencial, especialmente en las primeras etapas de crecimiento, pero debe evitarse el encharcamiento. Se recomienda regar regularmente, manteniendo el suelo húmedo pero no saturado.

El abonado debe incluir fertilizantes ricos en nitrógeno, fósforo y potasio. en un equilibrio 1-1-1. Durante su crecimiento, se pueden añadir compost o abonos líquidos. La recolección del jengibre se realiza generalmente de 8 a 10 meses después de la siembra, cuando las hojas comienzan a secarse. Se puede cosechar antes para obtener un jengibre más joven y suave, o esperar más tiempo para un rizoma más maduro y fibroso.

El cultivo de la cúrcuma (Curcuma longa) requiere de condiciones climáticas similares al jengibre. Prefiere suelos bien drenados, fértiles y ricos en materia orgánica, con un pH entre 5.5 y 7. Lo ideal es cultivarla en terrenos donde reciba luz solar parcial, evitando la exposición directa e intensa.

Para plantarla, se usan las plantas de Fitoralia que pueden ser traspasadas a una maceta de mayor tamaño a a el suelo directamente. La cúrcuma necesita un riego regular, manteniendo el suelo siempre húmedo, pero sin encharcamientos, ya que estos pueden provocar pudrición de los rizomas.

El abonado debe ser rico en nitrógeno durante las primeras etapas de crecimiento (2-1-1), seguido de fertilizantes con potasio y fósforo para fortalecer la planta en un equilibrio 1-1-1. Se puede complementar con abono líquidos o solubles a lo largo del cultivo. La cúrcuma está lista para cosecharse entre 7 y 10 meses después de la siembra, cuando las hojas y el tallo se secan. Se extraen los rizomas, que luego deben limpiarse y hervirse antes de secarse al sol para su almacenamiento o procesamiento.

Los otros cultivos que completan la colección de Vivaces son los conocidos frutos del bosque:

Arándano 2l Vaccinium corymbosum

Arándano Rojo 2l Vaccinium vitis-idaea

Frambuesa 2l Rubus idaeus

Frambuesa Amarilla 2l Rubus idaeus

Grosella Blanca 2l Ribes rubrum

Grosella Negra 2l Ribes nigrum

Grosella Roja 2l Ribes rubrum

Mora 2l Rubus fruticosus

Tayberry Medana 2l Rubus fruticosus x R. idaeus

Uva Crispa Blanca 2l – Ribes uva-crispa

Uva Crispa Roja 2l – Ribes uva-crispa

Tambien hay otros plantas que cultivamos por sus frutos o inflorescencias como:

Alcaparra 2l Capparis spinosa

Endrino 2l Prunus spinosa

Goji 2l Lycium barbarum

Madroño 2l Arbutus unedo

Tamarillo 2l Solanum betaceum

Lúpulo 2l Humulus lupulus

Y por sus hojas o raíces:

Laurel 2l Laurus nobilis

Moringa 2L Moringa oleifera

Regaliz 2l Glycyrrhiza glabra

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